Red velvet cake
Os presento la tarta que preparé ayer para tomar hoy con mis compañeros de trabajo y celebrar mi cumpleaños. Es una red velvet y ha quedado espectacular. El bizcocho es húmedo y tierno y el frosting delicioso. Os animo a probar, ya que no es difícil de hacer y es muy vistosa para sorprender aprovechando que llega San Valentín. Espero que os guste ❤️.

Ingredientes 12 raciones
Para el bizcocho:
310 gr harina común
2 cucharadas (16 gr) cacao puro en polvo
1 cucharadita (5 gr) bicarbonato
1 cucharadita (5 gr) sal
115 gr mantequilla sin sal a temperatura ambiente
300 gr azúcar
2 huevos L a temperatura ambiente
220 gr aceite de girasol
1 cucharadita (5 ml) vinagre de manzana
2 cucharaditas (10 ml) esencia de vainilla
240 gr buttermilk a temperatura ambiente
(o bien la misma cantidad de leche con unas gotas de limón)
Colorante rojo en gel
Para el frosting de queso:
500 gr queso crema tipo Philadelphia a temperatura ambiente
300 gr nata para montar muy fría
1 cucharadita (5 ml) esencia de vainilla
160 gr azúcar glass
Pasos
Precalentar el horno a 180 grados con calor de arriba y abajo.
Necesitamos un molde redondo de 23 cm de diámetro o dos moldes del mismo tamaño. Yo utilicé dos moldes ya que me cabían en el horno a la vez y así acorté el tiempo de horneado. Luego os lo indicado en el paso correspondiente.
Forramos el molde con papel vegetal sólo por la base y untamos con mantequilla las paredes. Espolvorear también con un poco de harina y sacudir para quitar el sobrante.
Una vez hecho esto comenzaremos con el bizcocho. Para ello vamos a tamizar en un bol todos los ingredientes secos: harina, sal, cacao y bicarbonato. Reservar.
En otro bol ponemos la mantequilla junto con el azúcar y batimos con unas varillas eléctricas hasta que quede suave.
Incorporar los huevos de uno en uno mientras seguimos batiendo.
Sin dejar de batir incorporar el aceite, la esencia de vainilla, la buttermilk y el vinagre. Mezclar bien hasta integrar.
Añadir poco a poco la mezcla de harina y batir a velocidad baja. Una vez todo bien mezclado echaremos colorante hasta conseguir un color rojo intenso.
Verter la masa sobre el molde. Si lo hacéis todo en un molde, tardará unos 50-55 minutos y si repartís la masa en dos moldes, tardará unos 30 minutos. Sea como sea, siempre aseguraros de que el bizcocho está bien cocido por dentro pinchando en el centro del mismo con un palillo.
Dejamos el molde sobre una rejilla y pasados 10 minutos desmoldamos el bizcocho para dejarlo enfriar por completo.
Para preparar el frosting, pondremos en un bol el queso junto con el azúcar glass y la esencia de vainilla. Con unas varillas eléctricas batimos hasta conseguir que la mezcla se vea cremosa y homogénea.
En otro bol, vertemos la nata que deberá estar muy fría y con la misma varilla batimos hasta conseguir montarla.
Incorporar la nata montada a la mezcla de queso y batir hasta que esté todo perfectamente integrado.
Una vez frío el bizcocho lo abriremos en dos o tres capas, como más os guste.
Rellenamos con el frosting y cubrimos con una fina capa por fuera que nos servirá para que recoja las migas sueltas del bizcocho. Lo llevamos una media hora a la nevera.
Pasado el tiempo cubrimos ya la tarta con el resto de frosting, alisamos y decoramos a nuestro gusto.
Dejar reposar en nevera al menos dos horas antes de servirla.