Pastissets
Mi padre era un hombre goloso, pero creo que lo que más le gustaba eran los dulces con cabello de ángel y sin duda estos pastissets eran de sus favoritos. Son típicos de Tortosa y fue mi hermana la que aprendió a hacerlos y luego nos pasó la receta al resto de hermanos.
Como a mi padre, a mí también me gusta mucho el cabello de ángel, así que hoy, en su memoria, voy a prepararlos y a compartir con vosotros esta estupenda receta.
Se pueden conservar en un recipiente hermético durante días sin problema.
Espero que os guste!

Ingredientes 12 Uds aprox.
500 gr harina de trigo común
300 ml aceite de oliva suave
75 ml licor de anís
75 ml mistela o moscatel
1 cucharadita canela molida
300 gr aprox de cabello de ángel
Azúcar para rebozar
Pasos
En un bol ponemos la harina tamizada y la canela. Añadimos el aceite, el anís y el moscatel.
Mezclamos bien hasta conseguir una masa homogénea. Veréis que es cuestión de segundos, enseguida se despega de las paredes del bol.
Extendemos la masa con ayuda de un rodillo. Debe quedar de aproximadamente 5 mm de grosor.
Con ayuda de un cortapastas redondo de unos 12 de diámetro (también podéis utilizar un vaso o cuenco) vamos cortando la masa en círculos. La masa sobrante la estiramos de nuevo para hacer más círculos hasta acabarla.
En el centro de cada porción ponemos una cucharadita de cabello de ángel.
Cerramos como si fuera una empanadilla y sellamos haciendo pequeños dobleces como se ve en la foto. Procurar que queden bien sellados para que no se salga el relleno durante el horneado.
Mientras vamos rellenando y formando los pastissets, precalentaremos el horno a 200 grados con calor de arriba y abajo.
Vamos pasando los pastissets a una bandeja de horno forrada con papel vegetal, dejando un poco de espacio entre ellos.
Horneamos 25-35 minutos aproximadamente o hasta ver qué están dorados.
Tendremos preparado un plato o fuente con azúcar. Cuando estén templados los pastissets y no nos quemen, iremos rebozándolos en el azúcar.
Ahora ya sólo queda esperar a que se enfríe para poder disfrutarlos o bien guardarlos en un recipiente hermético.