Panecillos Kaiser o Viena
Desde el primer bocado estos panecillos me transportan a mi infancia, ya que en muchas ocasiones el bocata de la merienda me lo preparaba mi mami con ellos. Son tiernos por dentro y con una corteza ligeramente crujiente y un saborcito muy especial. El formado de estos bollos no es complicado, sin embargo, sí que lo es explicarlo. Lo he intentado de la mejor manera posible. Espero que con las fotos no tengáis dudas.

Ingredientes 8 uds.
250 gr harina de trigo común
250 gr harina de fuerza
100 ml leche templada
200 ml agua templada
15 gr azúcar
8 gr miel (si no quieres poner miel, pon 25 gr de azúcar en lugar de 15 gr)
35 gr mantequilla o manteca de cerdo
15 gr levadura fresca
10 gr sal
35 gr mantequilla derretida para barnizar los bollos
Semillas de sésamo (opcional)
Pasos
1- Diluye la levadura en la leche templada. Por otro lado tamiza los dos tipos de harina juntos. Si amasas a mano, haz un volcán con la harina y vierte dentro la leche con la levadura diluida y el agua. Añade la sal, el azúcar y la miel (si le pones) y amasa unos 10 minutos. Luego incorpora la mantequilla troceada en dos veces y amasa nuevamente hasta que la masa esté elástica.
2- En mi caso amasé con la panificadora, de manera que primero metí los ingredientes líquidos y luego el resto (menos la mantequilla). Amasé 10 minutos e incorporé la mantequilla y seguí amasando otros 20 minutos más. En total 30 minutos.
3- Haz una bola con la masa y deja reposar en un bol tapado con film hasta que duplique su volumen. En mi caso tardó una hora, pero esto siempre dependerá de la temperatura que tengas en casa. A mayor temperatura la masa subirá más rápido. Lo importante es que la dejes levar el tiempo necesario hasta que veas que se ha hinchado el doble de su tamaño inicial.
4- Unta con un chorrito de aceite la encimera y vuelca la masa. Amasa a mano un minuto para desgasificarla. Vuelve a hacer una bola y cháfala un poco. Corta 8 porciones del mismo tamaño.
5- Haz bolitas con cada porción. Cúbrelas con un paño y deja en reposo 10 minutos. Así la masa se relaja y nos será más fácil estirarla después.
6- Coge una bolita y con ayuda de un rodillo estírala. Después enróllala por extremo más largo y estira un poco para alargarla un poco más. Reserva y sigue haciendo lo mismo con el resto de bolitas.
7- Coge el primer cordón de masa que hiciste y estíralo un poco más, que te quede de unos 40 cm de largo.
8- Haz un lazo como muestro en la foto.
9- El extremo que queda por debajo llévalo al agujero del centro pasando por encima y el extremo que quedaba encima llévalo al centro pasando por debajo y finalmente une los dos cabos presionando un poco para que se peguen. Deja la unión debajo del bollo. Une un poco para que quede bien cerrado el bollito presionando ligeramente por los extremos.
10- Pasa los bollos a una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Deja levar otros 30 minutos. Un rato antes de acabar el levado, precalienta el horno a 200ºC con calor de arriba y abajo.
11- Derrite los otros 35 gr de mantequilla en el microondas y pincela con ella toda la superficie de los bollitos antes de meterlos al horno. Guarda la mantequilla que te ha sobrado para después. Espolvorea si te gusta con semillas de sésamo.
12- Mete al horno los bollitos y hornea 20-25 minutos aproximadamente o hasta que veas que se han dorado.
13- Una vez fuera del horno, esto es opcional, aún calientes, los pincelo otra vez con la mantequilla derretida que sobró.
14- Déjalos enfriar sobre una rejilla. Y ya los tendrás listos para disfrutar con el relleno que más te guste.
15- Para conservarlos te recomiendo que los guardes en una bolsa de plástico o recipiente hermético un par de días como mucho, ya que la bollería casera, al no llevar conservantes, no se mantiene tierna tanto tiempo como la industrial. Así que si no los vas a consumir en ese tiempo, lo mejor que puedes hacer es congelarlos dentro de una bolsa una vez se hayan enfriado y cuando quieras uno sólo tendrás que sacarlo media hora antes o bien calentarlo unos segundos al microondas.